2007

- 21/04/2007.- Viaje cultural a Granada y Alpujarras

 

Viaje cultural a Granada y Alpujarras (visitas a la Cartuja, Albaicín, Capilla Real, Alhambra, Generalife y los pueblos alpujarreños de Órgiva, Lanjarón, Ugíjar, etc.).

La Cartuja

Esta fue la primera visita, todavía medio mareados del viaje y chispeando. Fue construida por los cartujos en unos terrenos cedidos por don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, en las afueras de la ciudad de Granada, en el primer cuarto del siglo XVI, aunque los trabajos duraron varios siglos, según nos iba contando una guía contratada al efecto.

De la iglesia podemos destacar el Sagrario, realizado en el primer cuarto del siglo XVIII por Francisco de Hurtado Izquierdo, con una magnífica cúpula pintada por Antonio Palomino. Y destacar su hermosa Sacristía con una riqueza ornamental, quizás la más recargada del barroco español.

Dentro no se podían echar fotos, así que tenemos algunas, pero en la puerta.

 
 
 
 

El barrio del Albaicín

El Albaicín (Patrimonio de la Humanidad) y el Sacromonte son los barrios más singulares y con más historia de Granada.

Dicen que pasear por el Albaicín es realizar un viaje a sus raíces moriscas. Sus estrechas calles, sus típicas viviendas blanqueadas con cal, sus jardines con yedras y buganvillas que se descuelgan por las tapias son un verdadero disfrute que no nos podíamos perder.

Desde el Albaicín se pueden contemplar unas preciosas vistas de la Alhambra y de la ciudad de Granada mirando tranquilamente (pero sin perderse) desde los miradores de San Nicolás y de San Cristóbal.

 

 

 

Visita a la Alhambra - Palacio de Carlos V

Entramos por la Medina, que era donde residían los nobles de la corte y donde se encontraban los centros administrativos y religiosos, así como los palacios y jardines. Todo ruinas, sólo se conserva el antiguo convento de San Francisco (hoy convertido en Parador Nacional).

El Emperador Carlos V quiso establecer en Granada uno de sus puntos de residencia. Por ello proyectó construir en 1527 un nuevo palacio, continuando con la labor iniciada por sus abuelos, los Reyes Católicos.

El palacio es cuadrado y cuenta con un patio circular inscrito en el centro, único en su estilo, que hace de él una de las más bellas creaciones del Renacimiento. La guía (que ya era otra) nos contó que sólo están decoradas las fachadas sur y oeste en su totalidad. La norte y este sólo en parte, debido a que el edificio está unido a los Palacios Nazaríes. La fachada orientada a occidente es de orden dórico y decorada con relieves de victorias militares, mientras que la fachada sur es de orden jónico y sus relieves describen escenas mitológicas.

Actualmente el Palacio de Carlos V es la sede del Museo de la Alhambra (sobre cultura y parte hispanomusulmán) y del Museo de Bellas Artes. Por su extraordinaria acústica se celebran en él los Festivales Nacionales de Música de Granada. Ah, también vimos uno de los leones restaurados, ya que en el Patio de los Leones no hay nada más que el sitio.


 

Visita a la Alhambra - Palacios Nazaríes

El primero de ellos es El Mexuar, donde se realizaba la administración de justicia y el despacho de asuntos de Estado. Al fondo de la sala existe un Oratorio, una pequeña habitación orientada hacia La Meca, ricamente ornamentada con yeserías y desde donde se divisa el Albaicín.

Los Reyes Católicos mandaron modificar el interior de esta sala, convirtiéndola en una capilla de la que puede verse aún la balaustrada del coro.

Antes de entrar nos hicimos algunas fotos y dentro también, de las que éstas son una muestra.

El segundo de los Palacios Nazaríes es El Palacio de Comares que servía de vivienda privada del rey y lugar de gestión de los asuntos de Estado. Tiene en el centro el Patio de los Arrayanes, que le dan nombre debido a los macizos de mirtos o arrayanes (arbustos) cuyo color verde vivo contrasta con el piso de mármol blanco del patio.

La guía nos explicó la Torre de Comares (con su cúpula estrellada que representa el cielo), albergando en su interior el Salón de Embajadores, donde el rey, en compañía de sus visires, daba audiencia oficial. Aunque no nos dijo nada de las alcobas del sultán, éstas se encontraban en los extremos de una nave antes de entrar a la Torre, llamada Sala de la Barca.


 

El Palacio de los Leones se construyó como zona privada para la familia real y el harén. Recibe su nombre por la fuente sostenida por doce leones de mármol ubicada en el Patio de los Leones (actualmente sólo está el sitio porque los leones están restaurándose, habiendo uno de muestra ya restaurado en el Museo del Palacio de Carlos V). Representa este espacio una alegoría del paraíso, y las 124 columnas y las arcadas que lo sostienen simbolizan un bosque de palmeras. A ambos lados se encuentran las salas de los Abencerrajes y de las Dos Hermanas, destacando sus soberbias cúpulas de mocárabes.


 

 

 
 

 

El Generalife es un palacio y finca de recreo independiente de la Alhambra que era utilizado por los reyes nazaríes como lugar de retiro y descanso, especialmente en los meses de verano. En el siglo pasado se le añadieron los magníficos jardines y laberintos de cipreses que hoy dan paso al palacio.

Se accede a él por el Patio del Descabalgamiento, donde se dejaban las caballerías, y desde allí se llegaba al Patio de la Acequia. Fue un entrar y salir (casi no nos da tiempo de echar una foto) no pudiendo recorrer longitudinalmente los jardines y la alberca con sus bonitos y sonoros surtidores.

Tampoco vimos la Alcazaba que fue la zona defensiva de la Alhambra, donde residía el ejército. Las guías tenían prisa y nosotros estábamos algo cansados (sólo algunos).

La Alpujarra

A la guía de hoy le gustaba hablar, ya nos avisó, y a fe que lo cumplió. Nos fue describiendo con detalle todo el recorrido, por ejemplo, que está situada entre Sierra Nevada y el mar Mediterráneo, es una comarca casi virgen, ideal para el turismo rural y la práctica de deportes de aventura. Estos pueblos blancos, han cobrado gran prestigio como destino turístico. Destacan localidades como Lanjarón, Pampaneira, Bubión, Capileira, Trevélez, Cádiar, Órgiva y todas las situadas en el verde y fértil Valle de Lecrín. Conocer la arquitectura alpujarreña es hacer un viaje en el tiempo hasta encontrar sus orígenes en las tribus bereberes que poblaron estas tierras.

Estuvimos visitando un secadero de jamones en Trevélez y recorrimos Pampaneira admirando sus casas dispuestas unas sobre otras, de forma escalonada, siguiendo la pendiente de la montaña, dándole a las calles un trazado sinuoso e irregular. Otro rasgo típico de la arquitectura alpujarreña son las chimeneas, rematadas con un sombrero formado por una laja y una piedra.

 

 
 

En esta fuente bebieron los y las que se creen que les va a salir novio o novia y si ya lo tienen van a tener más amores. Juzguen ustedes mismos.

 

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